Un aroma, una brisa, nos llevan a recordar momentos eternos, siempre que estamos frente a lo singular y auténtico.
Este vino intrépido y desafiante tomas sus aromas de la flor, de la tierra, del viento, del agua y del sol y por eso vale el Contraflor al resto.
Un aroma, una brisa, nos llevan a recordar momentos eternos, siempre que estamos frente a lo singular y auténtico.
Este vino intrépido y desafiante tomas sus aromas de la flor, de la tierra, del viento, del agua y del sol y por eso vale el Contraflor al resto.